domingo, 28 de diciembre de 2014

SOMOS CLASE OBRERA

La Confederación General del Trabajo (CGT) es una asociación de trabajadores y trabajadoras que se define anarcosindicalista, y por tanto: de clase, autónoma, autogestionaria, federalista, internacionalista y libertaria. Los empleados y empleadas públicas de CGT, no queremos, de ningún modo, defender la existencia del Estado -nuestro gran enemigo junto al Capital-. Sin embargo, desde nuestra posición libertaria, anarcosindicalista, defendemos la necesidad de dotar a la sociedad libre, compuesta de hombres y mujeres libres, de una forma de administrar los bienes y servicios que son de propiedad colectiva o comunitaria: La Administración, Pública. Y somos las personas, las trabajadoras y trabajadores de la Administración Pública, quienes conseguimos, que a pesar de todo, esto funcione.
Anteriormente el Poder Político tenía sus empleados públicos, esas personas que estaban en contacto directo con los ciudadanos y otorgaban o denegaban, en función de preferencias, amistades, relaciones familiares e, incluso sobornos determinadas prebenda, empleados públicos que estaban juramentados con las diversas opciones políticas del momento con el fin de asegurarse el puesto, cuando su partido alcanzara el poder. Sin embargo, nuestro acceso a la función pública, no ha sido por conocer a esos que dicen nos gobiernan y costó mucho que el anterior método de selección de personal se sustituyera por el actual basado en criterios de igualdad, capacidad, mérito y publicidad, tanto que incluso hoy, perviven residuos de ese pasado mediante la designación a dedo de asesores personales, determinadas promociones profesionales y ceses e incluso despidos arbitrarios.