La clase política y los gobiernos, pierden
su “legitimidad moral” cuando tienen por norma no cumplir sus programas
electorales, con el agravante de no decir la verdad sobre sus verdaderas
intenciones para no perjudicar sus expectativas electorales de conseguir el
poder.
La reforma laboral destroza la clase media
y margina y hunde a la clase baja, condenando a los trabajadores menos
cualificados al paro permanente. La subida de los impuestos, IVA y del IRPF,
empobrece a las rentas del trabajo de las clases medias y bajas, condenándoles
a la marginación.
Hoy
sólo la Corona y la elite política creen en el Estado Español. Las clases
medias lo sufren y padecen, las clases altas lo utilizan y las clases bajas “nunca”
han creído en él al ser migratorias.